jueves, 10 de enero de 2013


Monólogos,  MI NEURONA


Me queda una neurona, "The Only One Neuron", y la quiero.
Años atrás,tenía miles de millones de neuronas...¿dónde están?, ni pajolera idea.Simplemente desaparecieron,se esfumaron,y no he vuelto a saber de ellas.De éso hace ya mucho. Al principio,cuando me dí cuenta de que ya no estaban,traté por todos los medios de recuperarlas. Llegué a desesperarme de tal modo,que incluso compré por Internet un lote de neuronas de 2ª mano, en buen estado,según decía la propaganda. Venían treinta millones en una caja, pagué contra-reembolso seis mil euros, poco más o menos, a dos céntimos por neurona. Me costó un huevo metérmelas en el cerebro, tardé cuatro meses, eran torpes, lentas y encima tenían serios problemas de orientación. Una vez dentro, necesitaron ocho meses para ubicarse. Entonces,mi auténtica neurona empezó a partirse el culo de risa. Me dijo que me habían timado,que vaya lote había comprado.De los treinta millones, veinte venían con alzéimer,y los otros diez millones estaban pá la jubilación, la mayoría llevaban muletas o silla de ruedas, trompetilla o audífonos para comunicarse.Una joya.Se las regalé a mi vecino, un tipo de ésos a los que faltan dos telediarios, y se puso muy contento.
Entonces decidí cuidar a mi neurona como si fuera mi propio hijo,no fuera cosa que se largara,como las otras.
Un día, la pillé enviando mensajes como una posesa,al borde de un ataque de ansiedad.
-¿Se puede saber qué haces?- le pregunté.
-Intento contactar con alguna de mis viejas amigas- respondió con mirada triste.
-¿Y...?
-No me contesta ninguna-dijo- están fuera de cobertura.
-¿Todas?
-Todas no, me quedan siete por enviar.
-No jorobes que has enviado tropocientos mil millones de mensajes!
-Sí,qué pasa,¿algún problema?
-No,no...y...por curiosidad,¿cuánto has tardado?
-Ocho minutos con tres segundos.
¡Ésa es mi neurona!La madre que la parió. Menudo poderío. Yo,que tardo diez minutos en poner un mensaje...y vá la tía y pone unos dieciocho mil millones en ocho minutos. Es lo que tiene ser neurona.El poder de transmisión.Adónde vá a parar! Con razón me daban calambres en el dedo gordo del pie...por cada mensajito que enviaba: descarga eléctrica del copón. Y yo pensando que me deban calambrazos por tocar la lavadora.
Las neuronas son como los duendes. No los notas,pero están ahí. Hasta el día en que se largan y ya no vuelven. Es cuando notas su falta.
Y si tienes la suerte de que una sola de ellas se quede, ya la puedes cuidar, amigo,porque es un tesoro.Si no lo haces,se irá,y tu vida ya no tendrá sentido.
Lo mejor es averiguar lo que le gusta y lo que no.
¿Que le gusta el jamón serrano? Pues le pones unas lonchitas en plato cuando te lo pida, del bueno, de bellota a ser posible,no vaya a ser que le siente mal y se enfade. Hay neuronas a las que le gusta echarse una siestecita al mediodía.A la mía le encanta, jamás le privaría de su cabezá de las tres y media. ¿Que le gusta el hip-hop? Pues aunque lo odies con toda tu alma,te compras una colección completa de Cd´s de música hip-hopera y se la pones cada vez que ella quiera,y si hace falta,te vistes de rapero y te vas al trabajo en skate.
A mi neurona le encanta la cerveza, ir en moto y Elvis. Por ahí paso. Me pongo hasta las trancas de cerveza para darle el gusto, a pesar de que mi barriga empieza a parecerse a la de cualquier motorista barbudo cervecero al uso. Lo de la moto, genial, en éso nos compenetramos al 100%. Ya pueden llover chuzos de punta,que yo,por ella,voy en moto a todas partes,claro, como la que se moja soy yo, no te jode, ella ahí,bien calentita,metida en el lóbulo occipital,disfrutando del paseo. En cuanto a Elvis,nada que objetar, en casa tenemos todos los discos del Rey desde antes de que estrenaran la Blancanieves, yo pá mí, que ha sido de tanto escucharlo que le acabó gustando. Lo que llevo fatal es lo de la ropa y la plancha. A mi neurona, vete a saber por qué, le fascina el olor de la ropa recién planchada. Cosas más raras he visto, pero qué le vamos a hacer,yo para complacerla, plancho hasta los trapos de cocina. No hay cosa en el mundo que más odie que planchar, pero no me queda otra, planchar como una condenada. Un día noté que estaba algo mohína y, como no me quedaba más ropa por planchar, planché hasta los clínex,y cogí la esterilla de la puerta y la planché,y viendo que no se ponía contenta, puse al perro encima de la tabla y lo planché, y todo lo que tenía a mano, planché hasta los tampax, luego me los tenía que poner de cuatro en cuatro de lo finísimos que me quedaron. Planché hasta un paquete entero de macarrones y descubrí que así es como se hacen los tallarines. ¿Qué iba a hacer? No puedo arriesgarme a que se enfade y se vaya.
Otra cosa a tener en cuenta es la coordinación entre tu neurona y tú. Ésto es importante y se supera a base de esfuerzo diario. Yo tardé unos tres años en dominar el tema. Nuestra descoordinación consistía básicamente en que no nos poníamos de acuerdo a la hora de salir de fiesta. Cuando a mí me apetecía salir, a ella no. Yo la dejaba en casa, acostadita, la arropaba y le decía: "No sé a qué hora vendré, no me esperes despierta", le daba un beso en su frente viscosilla y se quedaba dormidita, no le importaba, pero,qué narices, a mí sí: ¿a dónde leches iba yo sin mi neurona? Cuando salía sin ella, tardaba tres o cuatro días en volver (prefiero omitir los pormenores) y luego todo eran broncas, morros, amenazas,et. Ésto es estar en desventaja.Yo, sin mi neurona, no puedo salir de fiesta, no lo paso bien, no soy yo, ¡a saber las cosas que habré hecho por ahí sin ella,que ni recuerdo! Y ella puede irse adonde quiera sin que esté yo, pegarse una buena fiesta y volver como si nada.Y,para colmo,las resacas del día siguiente,nos las comemos a medias,no te fastidia. Total,que al final no tuve más remedio que dejar de salir y en eso consiste la coordinación que hemos logrado. Para mí, salir de copas se reduce al día de Nochevieja y a la Verbena de San Juan, porque esos días se viene conmigo y lo paso genial.Por lo demás, ya me he hecho a la idea de que salir de fiesta no vá conmigo si tengo que hacerlo sin mi neurona, a decir verdad, cuando ella sale,veo la tele hasta que me duermo,sin problemas.Total,lo que ponen en la tele a esas horas,se puede ver perfectamente sin neuronas y entretiene igual.
En serio, las neuronas son parte de tu familia.Son tu familia.Nacen y mueren contigo.Bueno,éso no es exacto, algunas no llegan a la vejez,vale, pero, aunque solo te quede una, no pasa nada, se puede vivir estupendamente con una neurona. Mírame a mí, que llevo así un mazo de años y ¿qué?,tan ricamente, con mi neurona pá aquí,pá allá,y hasta ahora nadie se había dado cuenta, porque lo estoy contando, que si no...Pues ánda que no habrá gente por ahí,como yo,con una neurona ná más,disfrutando de la vida a tuti-plén, y nadie se entera. Y se puede hacer una vida normal, como el que vive con un solo riñón, lo mismo. Lo único que hace falta es que la quieras,que la cuides y la mime y le dés todos los caprichos, porque ella te quiere, digo yo, si no, ¿pá qué se ha quedado y no se ha largado, como las demás? Bueno, ésto no lo tengo muy claro, hay días que pienso que me quiere por el puto interés, porque no tiene otro cerebro donde caerse muerta,y cosas así, pero me dá igual,yo la quiero de verdad,y además, si me paro a pensar, a mí también me mueve el interés, porque sé que, si la pierdo, valgo menos que una mierda pinchada en un palo. O sea que, egoísta ella, egoísta yo, mi lema es que no me abandone. Te aconsejo que hagas como yo, tú y tu neurona, tu neurona y tú, juntos hasta la muerte, como una piña, codo con codo, face to face...ella es lo único que tienes pá seguir en tu vida cotidiana, pá echar pá alante, pá pensar, eso sí, úsala con moderación, que, al estar sola, se gasta más deprisa. Haz que su vida sea lo más placentera posible, aunque te llamen tarugo, aunque notes que,poco a poco, tus cualidades van menguando, no nos engañemos, que con una neurona soo no se pueden hacer milagros, aunque sientas que dependes de ella tanto como respirar, ten en cuenta que ella es la que manda y ordena,y que si respiras, es gracias a ella, lo mismo que si duermes,comes,bebes,andas,corres,hablas,oyes,ves,cagas,meas...y todo lo que haces en tu vida hasta el día en que la palmes. Y, ese día, otro gallo nos cantará, porque no tengo ni puñetera idea de si, al morirnos, nos harán falta las neuronas de los cojones. Neurona: ¡Te quiero!




1 comentario:

  1. Jaaaaaajajajajaaja vaya tela, tendrás una neurona solo pero vale por un millón la jodía!

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