lunes, 14 de enero de 2013

Ser tatuadora en un pueblo


Ser tatuadora en un 
pueblo de menos de 30.000 habitentes implica que, transcurrido cierto tiempo dedicándote a este oficio, automáticamente pasas a formar parte de las fuerzas vivas.
"Estrella, tú eres un personaje mediático del pueblo",me dijo una noche un buen amigo, David,tatuador como yo y residente en Valencia. Vino a verme y pasó un fin de semana en mi casa, salimos de copas una noche de viernes por los bares del pueblo y, al ver como yo reaccionaba ante lo que sucedía (y sucede),me soltó esa frase a modo de sentencia, mientras sonreía. ¡Cuánta razón tenía!
No es que me moleste ser un personaje popular en el pueblo donde vivo, pero cuando salgo de fiesta, lo hago para divertirme y desconectar,y ésto es lo que me toca las narices,porque es del todo imposible si eres tatuador en un pueblo. Y ahora entenderéis por qué, la historia va así:
"Noche de Viernes (o Sábado), zona de bares del pueblo. Salgo con mi pareja y amigos a tomar unas copas, tras una semana de intenso trabajo,que, aunque me gusta, no deja de ser trabajo. Esa tarde me la he pasado tatuando sin parar y casi que aún estoy oyendo el zumbido de la máquina, pero,bueno voy a divertirme un rato y...¿qué ocurre?,que en cuanto pongo un pie en un bar, me asaltan a saludos, preguntas, etc.etc. con relación a mi trabajo. Yo sé que esto es inevitable,porque el mundo de los tattoos es un mundo aparte, distinto,no es un trabajo cualquiera...vale,lo asumo,pero es que, me abro paso hasta la barra, para pedir una cerveza o un whisky y... Por la derecha tengo a uno que empieza a taladrar mi oído: "Hola,Estrella, ¿cuando me vas a tatuar? (éste es de los "lights).Le contesto: "Cuando vengas a mi estudio".Por la izquierda está el pesao de turno que empieza:"Oye,guapa,¿cuánto me costaría hacerme el escudo del Betis?,¿Y la Virgen de la Macarena?¿Y si me hago un Cristo?...Y detrás de mí tengo al típico sujeta-barras pegándome empujones disimuladamente para que le haga caso.
Yo, al principio, me cabreaba pero, educadamente, respondía y atendía a todos, a pesar de que la mayoría de las veces no conseguía acabarme la cerveza ni escuchar la buena música del bar. Pasado un tiempo me dí cuenta de que éstos toca-cojones jamás venían luego a mi estudio. Les fascinan los tatuajes, pero no tienen huevos a hacerse uno,y en muchos casos ni un duro. Cuando van hasta el culo, se tatuarían el cuerpo entero,pero luego se les pasa la borrachera y ni se acuerdan.
Esa noche, con mi amigo David, fué "inolvidable". Había un "pesao" a mi lado con 27 copas de más, la barra le sujetaba a él, por decirlo así, y cada vez que se acercaba y me hablaba, su aliento nauseabundo me rizaba el pelo.Él, cubata en mano, en un vertiginoso vaivén (bebió más mi camiseta que su garganta), con su verborrea...¡Dios, ahora me río pero ese día me dieron ganas de atizarle con un cenicero a ver si se dormía de una vez! Yo pensé que iba a vomitarme encima cuando abrió la boca para hablar:
-¿Tú eres la Estrella,no?
-Sí- le contesté.
-Otia,la Estrella,la de los tatus,como mola, tía, yo te conozco...yo tengo tres tatus que flipas...
En ese momento se medio-desnuda allí mismo para mostrarme algo imposible de describir con palabras, una especie de marcas azul-verdoso en su curtida piel, que deduzco son tauajes de la mili o talegueros.
-Oye,guapa,¿tú qué me harías aquí?- es su siguiente pregunta,señaládome su pecho, a la vez que trata de colocarse de nuevo la camiseta del revés.
-Pues, no sé, pásate por el estudio entre semana y hablamos- le repondo, con muy buena educación y mucha paciencia.
Pero él no me escucha.
-Oye...¿a que me quedaría guapísimo un "trivial" de ésos?
-Se dice "tribal"-le corrijo, pero sigue sin oírme, ni entenderme.
Segundos después,veo que se tambalea hacia atrás y me imagino que se la va a pegar contra el suelo, pero no, se lleva la mano al bolsillo del pantalón y saca una moneda de 1 euro.
-Oye, majísima, ¿qué me cobrarías por hacerme un "trivial" de ésos?¡Eh, que yo "shoy" de los que pagan ¿ein? no te equivoques,que tengo dinero.
-Bueno, pues vienes,me dejas paga y señal y...-sin que acabe la frase,veo que quiere darme la moneda, como adelanto, pero se le cae al suelo. Cuando se agacha para recogerla, le oigo seguir balbuceando.
-Pera,a vé...dónde eshtá,que yo soi un tío serio...
Sorprendentemente,el cubata se mantiene firme en su mano, aunque más de la mitad del líquido se derrama sobre mí. Y llega el momento en el que estoy a punto de atizarle cuando siento su cabeza a la altura de mis partes (¿?),agachado como está,en una postura que ya quisieran los del Kamasutra.
¡Y ya no puedo más!Cojo el cenicero.Mi amigo David,un poco más allá de la barra,me mira, divertido, y mi pareja aparece a rescatarme antes de que suelte el cenicero. Al pesao ya no se le vuelve a ver más,y cuando ya estoy sentada en un taburete de la barra junto a mis colegas, David me dirije una mirada cómica diciendo:
-Ya te lo dije, Estrella, tienes que aceptarlo.Eres un personaje mediático de este pueblo, te guste o no, o sea, que, o empiezas a tomártelo con filosofía o dejas de salir de copas.
Le hize caso. Ya casi no salgo,y cuando lo hago, pongo las dos orejas, para que por una entre y por la otra salga todo lo que me dicen,porque, después de 13 años como tatuadora, la historia continúa siendo igual,nada ha cambiado.



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Estrella C. Z.
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