MONÓLOGO
DEL HUEVO KINDER
Voy
a ir al grano…
Alguien
tenía que decirlo, y voy a ser yo:
Los
que hacen los anuncios de los huevos kínder, ¿qué coño se han creído? ¿Qué los
niños son gilipollas o qué? …..¡ No…! es que si no lo digo, reviento.
¡Con
los años que llevan haciendo el huevo… y no hay manera de que cambien los
anuncios! No evolucionan…No se han se han fijao en los niños, en los niños de
ahora…! Los niños de ahora no son así!
Esta
peña, los de la casa Kinder, ¿qué son…? ¿ mormones? ¿alienígenas? No sé…¿y de
dónde han salido, por favor, de alguna secta de la Edad Media?
Y
no lo digo yo ¿eh? A mi hermano pequeño, que le encantan los huevos kínder, yo le
he oído decir viendo un anuncio Kinder: “Vaya mierda de sorpresa! “y vaya mierda merienda!”, y mi hermano tiene
9 años, pero con 5 o 6 ya lo decía! Vas con él a por el pan recién salido del
cole, es ver los huevos kínder ahí en el mostrador, y empezar a dar por culo
con el huevo: “cómprame un huevo, cómprame un huevo! ,¡Una paliza…! Y tú:
déjate de huevos que ya te he traído un bocata chorizo pá merendar, y sigue: “No,
yo quiero un huevo! Cómprame un huevo!”,y tú: “que no, que eso no es merienda
ni ná!” y él: “Ya lo sé, pero yo quiero un huevo, cómpramelo!”… y al final, con
tal de que se calle, se lo compras…¿pá qué? Pá ná, pá ver cómo se lo zampa en
dos bocaos y te diga luego: “anda, dáme el bocata chorizo, que me he quedao con
hambre.” ¡No sa jodío! Cómo no se va a quedar con hambre, donde esté un buen
bocata, aunque sea de chóped, ande va a parar, al lao de una mierda huevo, que
encima está hueco, no tiene ná dentro, bueno, sí, la sorpresa.
Tú
analizas un anuncio de los huevos kínder…y qué es lo que ves?: lo primero que
ves es a un niño, un niño mú feliz…y mú mayor ya pá poner esa cara de extasiao
y de “Oh! Papi, me has traído un huevo Kinder! ,qué feliz soy!” No cuela, el
niño ése tiene 8, 9 años,o más, como mi hermano, y ¿por qué siempre ponen niños
de esa edad, esperando con ansia el puto huevo cuando el padre llega a casa…¡Los
niños de esa edad NO son así! Bueno, ni
de esa edad ni de ninguna, es que…no hay niños así! Si pusieran niños más pequeños,
aún colaría… y encima el pobre chaval del anuncio luego tiene que poner cara de
alucinar pepinillos cuando se ha comido el huevo y aparece la sorpresa! Que ésa
es otra!
¿Ánde
vais con la sorpresa? Que vale que lo llameis sorpresa, porque sorprende…sí, sorprende
la cantidad de padres que se han quedao bizcos montando el juguete, pero no lo
llaméis juguete, por Dios! Un juguete es
más grande, hombre,¿de qué vais?
¿Por
qué no hacéis el huevo un poco más grande?
Creo yo que no es mucho pedir, aunque fuera más caro, ¿qué vale un
huevo?, ¿un euro? Pues lo ponéis a… un euro…venga, a un euro veinte . Si sólo con
que el huevo que se come, el de chocolate, fuera un poco más grande, estaba arreglao!…Lo
de dentro, el huevo amarillo con la mierda juguete, lo podéis seguir poniendo igual, del mismo tamaño, molecular…
si no queréis hacerlo más grande porque sois así de agonías, pero al menos, quedaba
sitio pá poner dentro una lupa o un microscopio, por el amor de Dios. Porque el
problema no es que el juguetito sea una gilipollez, que lo es, el problema es
que no se ve!
Yo
una vez, a mi hermano, le abrí un huevo… que por cierto, y valga la
redundancia, me costó un huevo abrir el huevo, media hora apretando hasta que
logré separar las dos tapas amarillas, y apareció la sorpresa: lo que salió de
ahí y la cara de mi hermano al verlo se
me quedaron grabaos. Nos quedamos los dos mirándonos como aplatanaos pensando: “¿y ésto, qué coño es?” Era una bolsita
diminuta llena de papelitos de colores que cuando los querías coger para
examinarlos con la lupa se te quedaban pegaos en los dedos. Y encima mi hermano
se puso a toser y volaron la mitad de lo poco que pesaban. Al principio
pensábamos que eran confetis, pero no, porque en una bolsa de confetis vienen
500 o más, y ahí había como mucho 15 papelitos, contando los que habían
volao…total que ya, por fin, leyendo el prospecto con la lupa, vimos la palabra
“puzzle”, sí, sí, era un puzle! ¿de qué? Ni puñetera idea! Otra vez nos salió
en un huevo la rana saltarina, qué bonica era la rana, daba saltitos
apretándole la cabeza, bueno, daba “UN” saltito, porque cuando conseguimos
montarla después de cuatro horas, le apretamos en la cabeza y saltó, pero ya no
la volvimos a ver más, porque, del salto, se fue a tomar por culo y se perdió
por el comedor. Jamás la encontramos, y eso que mi hermano se tiró una semana
buscándola, pero nada, miró hasta en la bolsa del aspirador, y mira tú por
dónde, entre la mierda y la pelusa, aparecieron los papelitos de colores que
habían volao. ¡Sí! Los del puzzle!
¿Queréis
saber de qué era el puzle?...Pá qué…mejor que no lo hubiéramos montao, total,
pá ver a dos enanos dibujaos, uno tocando el violín y el otro paleta de la obra
haciendo una pared de ladrillos!
Otra
cosa que no entiendo de los anuncios éstos es cuando sale la madre con el niño y
dicen “mamá y yo compartimos el “Momento Kinder”.Lo que viene siendo el
“momento huevo”¿Por qué no lo llaman así, el “Momento Huevo”? sería más real...más
normal… mi madre y mi hermano todos los días comparten un momento huevo, y no
es como el del anuncio, es, básicamente: mi madre gritando: “Niño! ¿Has hecho
ya los deberes? Y mi hermano: ¡No!, y mi madre: ¿Pues qué has estao haciendo
desde que has llegao del cole? Y mi hermano: “tocarme los huevos!”
Y
otra cosa que me pone enferma es que siempre, la familia del anuncio, es una
familia ideal, padre cuarentón, de buen ver, que llega de trabajar,, trajeao, o
sea que debe ser banquero o abogao, la madre joven, guapa, con un tipazo de la
hostia, ama de casa, pero sin bata ni delantal, y el hijo qué mono, monísimos
todos, una casa que te cagas, que tiene que ser un chalet porque salen al
jardín a jugar con el huevo que trae el padre… Sólo falta el perro, que no deben tener porque no sale nunca… claro, que
si tuvieran perro se jodería el anuncio y la sorpresa porque el perro sería el
primero en salir disparao a recibir al padre
pá lamerle el huevo…
¿Por
qué no sale nunca un padre camionero, aparcando el camión en el descampao, con su
barriga cervecera, su chándal del mercadillo, ahí, sacando el huevo? Y el niño, que está en el
mismo descampao, jugando al fútbol con los colegas, que sale corriendo al ver
al padre, en pleno Agosto, 40 grados a la sombra,cogiendo el huevo,
derretío…que ya más que un huevo parece un mojón de perro con diarrea…diciendo:
“Papa…”- ahí, con tó la boca y los dedos llenos de chocolate, chupeteando el huevo
deformao, con papel y todo.- “papa…¿y la sorpresa, ánde está?” Y el padre, “se
te acaba de caer… la estás pisando”, y el niño mira el huevo amarillo de
plástico que está en el suelo, aplastao, hecho trizas, le dá una patá y lo
manda a tomar por saco y observa al padre con gesto desafiante, aguantando la
mirada…hasta que el hombre acaba diciendo: “vale, mañana te compro la camiseta
del Barça”.
Y
esto pasa porque los que anuncian los huevos Kinder mienten, nos tienen
engañaos… Tú tienes un hijo de 8 años pá arriba y le llevas un huevo y la has
cagao, te crees que porque te ha costao un euro te ha salido barato…pero no, lo
barato sale caro, siempre, y con los huevos kínder más! Sí, tu hijo se comerá
el huevo, pero no pondrá esa cara de amor y felicidad como el niño del anuncio,
pondrá cara de: me lo viá comer por no hacerte un feo y porque está bueno, pero
la sorpresa te la metes por el culo que total tiene forma de supositorio…Y esto
es verdad, llega un momento que se te acumulan los huevos, los de plástico
amarillo, en un cajón de la cocina, sin abrir.
Bueno,
en mi casa, eso era antes…antes de la demanda judicial. Y os preguntaréis: ¿qué
demanda judicial? Pues la que le pusimos a la empresa de los huevos, la
Ferrero, que, por cierto, es la misma que hace los Ferrero Rocher, los bombones
ésos de alto standing. Sí, sí…pues fué por lo que le pasó a mi hermano, que les
pusimos la querella, porque un cuñao de mi padre nos dijo: a este niño todo lo
que le pasa es por culpa de los huevos Kinder, y es verdad…porque mi hermano
era un niño normal, hasta que empezó a comer huevos Kinder. Y a jugar con las
sorpresas. Disfrutaba como un cochino montando los juguetitos y se pasaba las tardes
enteras quietecito, callao, entretenío, sin dar por saco a mi madre… seis
añitos tenía… A los seis meses lo llevaron al oculista porque miraba mal, como
raro, vamos que no veía un pijo…le pusieron gafas pá corregir:… estrabismo, presbicia
y miopía, 29 dioptrías tenía ya con 7 años! Y poco después, le diagnosticaron un
transtorno severo de psicomotricidad, tenía
los dedos agarrotaos, la mirada perdida, ausente, ya no era el mismo, dejó de hablar…Mi hermano
perdió la noción dimensional, confundía los tamaños, era incapaz de distinguir
lo grande de lo pequeño…ahora juega al fútbol con una pelota de ping-pong,un
balón de fútbol para él es algo gigantesco, le dá un miedo… Luego, además, el
psicólogo dijo: “este niño tiene falta de concentración porque ya la ha
gastao.La causa más probable es que se ha concentrao demasiao en algún tipo de
actividad que ignoro.” Estaba claro, los
huevos tenían la culpa. De ahí la demanda judicial. El juicio lo ganamos, a
medias, porque el juez condenó, por un lao, a la empresa a pagarle a mi hermano la asistencia médica de por
vida, y por otro, condenó también a mi madre por un delito de imprudencia
temeraria y dejadez materno-filial doméstica grave. Un año y un día pringó
entre rejas mi madre. No nos dimos cuenta de lo mal que lo pasó en el talego
hasta que volvió a casa. Lo de mi hermano no es ná comparao con el trauma que
tiene mi madre por culpa de los huevos kínder. Y aún hoy no lo ha superado, y
eso que está en tratamiento. En mi casa la palabra “huevo” está prohibida.Tú
dices huevo delante de mi madre,y su reacción es: pumba, guantazo en los
morros, con tó la mano abierta, no lo puede evitar, luego te pide perdón pero
ya te lo has llevao. Y como salga por la tele un anuncio de los huevos kínder y
no nos dé tiempo a cambiar de canal…ffff, ya puedes correr! Ahora ya no nos
pasa, tenemos cada uno un mando y estamos al loro…pero al principio, pfff,
Dios…qué sin vivir! Ná más que oía las palabras
“kínder y sorpresa” , se le giraba la cara,el cuello inflao, la boca
torcida, se convertía en un ser maligno, salvaje,no era mi madre, el blanco de
los ojos lleno de venas a punto de explotar, se le erizaba el vello, se le
cardaba el pelo…y hasta la piel le cambiaba, se le ponía de color verde, como
el increíble Hulk pero un verde no tan oscuro, como más tirando a pistacho…uh,
qué miedo daba verla! Y se lanzaba como un depredador hacia su presa, al que
hubiera dicho las palabras malditas, o sea, a la tele, o a quien tuviera
delante. Cinco teles en dos meses destrozó! Qué digo, cinco, siete! Cinco en casa, una en el bar de abajo
y otra de la vecina, que la tiró por la ventana!
No,
pero poco a poco nos hemos ido acostumbrando y haciendo a la idea…aunque la
gentuza ésta, los Ferrero sigan a lo suyo, destrozando familias enteras con sus
anuncios de los huevos…que, ahora que me acuerdo,no sé si os habréis dao cuenta
pero…yo sí, ¿os habéis fijao en los anuncios de los Ferrero Rocher? Los hacen
igual, el mismo rollo de los huevos…pero con bombones! qué curioso ¿no? la
cuestión es engañar a la peña, hala, venga, montaña bombones, peazo de casa,
fiestaca con invitados super-requete-pijos…Venga hombre! ¿quién tiene una
bandeja de plata pá colocar bombones? Nadie, y si tienes una, por un casual,
joder, la tienes que vender pá poder comprar tanto bombón! Pues ánda que no
valen caros ¿sabes? Yo que me creía que los Ferrero Rocher se vendían en joyerías o en tiendas de
artículos de lujo! Hasta que un día, en el Super, los veo, ahí, en una
estantería y dije, coño, pues voy a comprar una caja, la pequeña, claro, porque
la grande costaba más que todo lo que llevaba en el carro. Dejé el fuet y un
kilo mandarinas y compré la caja. Venían cuatro bombones, pero bueno, como era
Navidad…oye, mi madre no dijo nada, solo dijo: trae pá acá, los colocó en una
bandeja con los turrones y el mazapán del Dia y dijo: esto no se toca hasta Fin
de Año, os comeis las peladillas! Y cuando llegó Fin de Año, mi hermano y yo
fuimos a por la bandeja pá comernos nuestro Ferrero Rocher, como había cuatro,
tocábamos a uno por cabeza…pero…¡Allí no había ná!¿Que dónde estaban los
bombones? Ahí, en la bandeja! Estar, estaban, pero no estaban, vamos, no como
tenían que estar…Con el calor de la casa, la calefacción y tal se habían
deshecho y más que bombones aquello parecía una semi cagalera o un vomitao de
lentejas con tropezones. Qué pena nos dio, oye. Y qué asco! Ahora que, yo, no
les cogí asco por aquéllo, yo a los Ferrero Rocher, les cogí asco desde que me
contaron el chiste del negro…Desde entonces no los he vuelto a probar…Sí,
hombre! El chiste ése que dice: “¿Qué es un negro con granos?”…pues qué va a
ser: un Ferrero Rocher!” …Es verdad, se
parecen ¿no?...Yo es que veo un Ferrero Rocher y no puedo comérmelo, no puedo, no tengo
estómago…no…¿por qué?,porque me acuerdo del chiste y me imagino al negro, ahí,
con tó la cara llena granos y espinillas y puntos negros, a punto de explotar…y
me entran un asco y unas arcadas…….Menos mal… que no hay chiste de los huevos
kinder…y si lo hay, menos mal que yo no
me lo sé…ni quiero saberlo…porque si el chiste es con el negro, no me quiero ni
imaginar de qué vá el chiste…bueno…ya puestos…¡venga! me lo voy a inventar, y
podría ser más o menos así: “está el negro que le llaman Ferrero Rocher en
pelota picá…y ahí vá la pregunta: ¿qué tiene entre las manos el negro cuando no
se está petando los granos?...los huevos Kinder!
Buenas
Noches!
Estrella C.Z. 2012
Te quedan bordaos estos monólogos.
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